La vida te fue trayendo de a poquito a la capital. Con tus incapacidades físicas, con tu brazo inservible lograste lo imposible, ser un gran músico reconocido por todo el mundo. Tocaste en las mejores orquestas. Y un poco tarde, te enamoraste de una mujer excepcional, extranjera, mucho menor que tú, pero desde sus quince años fuiste la luz de sus ojos. Fuiste para mí el mejor padre del mundo y compañero como pocos.
Y la vida te puso en el camino todavía muchas pruebas. Nací yo. Ahí, al poco tiempo empezó tu pesar. No descansabas ni de día ni de noche, trabajabas todo el tiempo en orquestas y salas de baile para traer dinero a casa. No para comer…sino para pagar cuentas de doctores y sanatorios, para poder salvar mi vida. Casi no nos veías, mientras mamá cuidaba de una manera tan especial de mí y de mi hermanito, tan especial que me cuesta decir cómo.
Nada de tu historia sabía yo cuando nací, por eso te recuerdo desde ahí, desde el momento en que empecé a sentir tu amor por mí. No sabía nada de tu origen. Eso lo supe después, por cuentos. A mí me importa lo que viví contigo hasta que te fuiste.
Quizá esa forma tuya de encarar la vida con tantas ganas, de dar lo mejor de ti a quien te lo pidiera o necesitara hizo que fueras tan especial para tantas personas que te conocieron,
tanto en el medio de la música popular donde triunfaste como el mejor en tu época y nadie ha podido igualarte, como en el medio de la música”culta” , donde fuiste tan reconocido. Pero también triunfaste como docente y fundamentalmente triunfaste como Padre.
Por todo eso hoy no quiero recordar tu nacimiento, quiero recordar tu partida, de la que hoy pasaron exactamente tres años.
Yo estoy segura de que hacia donde partiste no hay dolor.
Te lo merecés, viejo querido.
Por eso nuestra despedida fue un hasta el Lunes.
Hoy que ya pasaron tres años, puedo decirte que ya no lloro por los rincones. Solamente me queda esa nostalgia de no tenerte físicamente, pero vaya si no te tengo más cerca que antes. Me acompañás todas, toditas las noches en mis sueños, que son tan reales, que se transforman en verdades nuestras charlas. De noche sigo sintiendo tus masajes en mi espalda, tu acomodarme las sábanas y tu beso de las buenas noches cuando yo me hacía la dormida para no despertar de la magia. Te juro papi, lo seguís haciendo.
Hoy a mis 60 años, siento que ya no lloro por los rincones a cualquier hora porque al fin te entiendo y estoy aprendiendo a soportar tu ausencia física. Por eso seguiremos juntitos y abrazados en cualquier monte, en cualquier parque, en cualquier lugar. La muerte no nos hará estar separados.
Seguiremos riéndonos y bailando, como antaño, al son de lo que nos toque a cada uno. Pero siempre riéndonos y siempre juntos.
Quiero contarte, aunque ya sé que lo viste, que a mis 60 años, volví a subir sola al Cerro de la Virgen del Verdún. ¿Te acordás, cuando era chiquita y empezaba nuevamente a caminar, a dónde me llevaron para probarle a la Virgen que podía?
Aún puedo Papá.
Gracias.
muy tarde de madrugada me conecto y vengo directo a tu blog. Leo este testimonio de vida conmovedor y te encuentro en este diálogo tan íntimo, tan a flor de piel, y me quedo muy respetuosamente haciendo honor a tan hermosas y sentidas palabras, percibiendo los rastros que sentimientos tan especiales han dejado en tu vida. un beso y un abrazo.
ResponderEliminarPreciosa y querida Bea...Aún siento el corazón emocionado tras leer tu texto. Hermoso, sentido, auténtico. Te mando mi cariño y un abrazo que te envuelva.
ResponderEliminarMe has hecho casi llorar, y estoy en la ofi, me ha encantado que compartas todo esto con nosotros tus amigos blogueros.
ResponderEliminarPor otra parte, has tenido mucha suerte de tenerlo a él y además que viviera tanto años, eso ha sido un gran regalo.
bss TQM
A veces me parece que agregar algo a lo ya escrito sería algo así como cometer un crímen.
ResponderEliminarHoy es una de ellas. Aunque lo estoy haciendo...
Pero solo para que lo sepas.
Me quedo con "La muerte no nos hará estar separados."
Claro que no.
Un beso grande
Querida Bea, tu ya no lloras pero a mi me has hecho llorar...
ResponderEliminarCuando un padre ha sembrado amor en la vida de su hijo solo puede ser recordado como tu lo recuerdas.
Y por supuesto que está en cada paso que tu das, no físicamente, pero si te acompaña siempre su amor.
Estos amores nunca terminan, es mas crecen y vuelven a ser en el próximo encuentro que les toque...
Muchos besos
Hoy era domingo, las horas no pasaban, también al igual que hoy, era un día hermoso sin una nube en el cielo, estábamos a su alrededor, el día entero, oyendo todo lo que tenías a decir como nunca antes lo habías hecho, (con certeza), sabio de sus últimas horas por aquí. Ese domingo no fue de apenas 24 horas…, fue un domingo que ya dura tres años y que nos ha enseñado a desenvolver nuevos hábitos para soportar su ausencia física. Mismo con todo este tiempo transcurrido, tenemos la certeza de que continúa entre nosotros…….”SÚ EJEMPLO DE VIDA, AMOR Y LUCHA ES NUESTRA MAYOR HERENCIA”
ResponderEliminarTe quiero mucho Mana, beso
Cacho
qué bonito bea, bello recuerdo que te saca la lágrima. Con tanto amor es duro la partida, no me lo imagino, por suerte aún los tengo a ambos y que me duren muchos años!! Besos!!
ResponderEliminarNo se que decir Bea , es muy hermosos lo que escribes y te he leído con verdadero placer.
ResponderEliminarEstar agradecida como tu lo muestras es de persona grande y noble. Eres afortunada querida amiga. Te acompaño en tus buenos pensamientos hacia tu padre.
Un abrazo
Te agradezco mis lágrimas, Bea. Qué precioso homenaje.
ResponderEliminarYa sabés. Él ha sido una persona muy especial para mí, siempre. Y muy,MUY querido. Estos meses y estas fechas también me tocan. Tus palabras me emocionan y las fotos no podés imaginar a cuántos momentos y recuerdos me llevaron. Me emocionó también ver a Cachito en la sonora y encontrarlo aquí.
ResponderEliminarNadie se muere si está vivo en el recuerdo de los que lo quieren, y menos Padrino que hoy vino aquí con esa sonrisa suya tan linda.Me pareció escuchar su carcajada.
Bea:
ResponderEliminarCoincido con la Flaca: nadie está muerto mientras alguien lo recuerde.
Tal vez te extrañe que yo te diga que tienes mucha suerte en poder recodar de esa manera a tu padre.
Estás invitada a venir al Verdún todas las veces que quieras, ya que mi rancho queda a pocas cuadras del cerro.
un beso
QUE TE TOMARAS TU TIEMPO PARA COMPARTIR ESTE TROZO DE VIDA,VALE LA PENA PERDER PARTE DEL MIO PARA ATENDERTE
ResponderEliminarBUENAZO
Bea: preciosa carta de una hija a su padre.
ResponderEliminarHoy mi padre de 78 años me habló como nunca lo había hecho y entre otras cosas me dijo que atesora notas y cartas que le escribí cuando era niña-joven. Se emocionó y me dijo lo mucho que me quiere y agradecí a la vida el poder oírlo de sus labios, aún vivito y coleando.
......tan sólo te dejo un gran abrazo, de esos que se dan mirándose a los ojos y con una mueca en los labios, imitando una sonrisa......
ResponderEliminarQué conmovedor este homenaje, qué honor que lo compartieras con nosotros. TE abrazo
ResponderEliminarEntro por primera vez a tu espacio, lo recorro me gusta y de pronto me encuentro con este hermoso homenaje a tu padre, que linda muestra de amor filial!.
ResponderEliminarUn Gran abrazo